Brooks estuvo aquí.
Grabada
con una pequeña navaja temblorosa, la frase es más que un simple recordatorio
de su paso por el apartamento, es uno de esos gritos reprimidos que se pierden
en la bóveda del infinito.
Grabar
algo tan pueril en una viga de madera puede parecer una estupidez; algo propio
de críos o de enamorados, lo que viene a ser lo mismo. En este caso no se trata
de algo tan sencillo, es algo más complejo, el mensaje de un náufrago pidiendo
un auxilio que sabe que no llegará. El anciano, tras pasar toda una vida en la
cárcel, perdido en un mundo que es incapaz de comprender, se despide de él
dejando solo esa frase grabada en la madera. Un legado escueto y sencillo; solo
tres palabras. Ya puede ahorcarse de esa viga y morir en paz.
Después
de Brooks y su predecible final, se instaló en el apartamento Ellis Boys, alias
“Red”, que también dejó su nombre grabado en ese trozo de madera, pero
él no tomó una decisión tan drástica como su antecesor. El tenía una promesa
que cumplir. Zihuatanejo y la libertad
lo esperaban.
Cualquier lugar del que no logras salir es una prisión.
ResponderEliminarCierto. Existen muchos tipos de cárceles.
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