Ayer murió el vampiro más viejo del mundo. No lo mató una estaca clavada en el corazón, tampoco lo hizo la luz del sol. Marlow se consumió lentamente, como los pétalos de las flores marchitas, pisoteadas por botas mugrientas repletas de estiércol y barro. Cuatrocientos sesenta años alimentándose de la sangre de poetas y filósofos, de escritores y científicos, terminaron en cuestión de días.
"La sangre de este siglo es tan pobre y está tan licuada como los cerebros a los que riega", solía decir . Ante este panorama, decidió no alimentarse más con tan mediocre sustento.
El viejo escritor, que tanta fama otorgó con sus obras a tantos y tantos que de él se aprovecharon, se fue consumiendo lentamente, como las épocas por las que fue pasando como una brisa que apenas deja huella a su paso.
El resto, los que seguimos consumiendo la sangre decadente de esta época absurda y trivial, donde todo es impostado y artificial, nos vamos convirtiendo poco a poco en zombis babeantes de ojos hundidos, criaturas que no ven más allá de esas pequeñas ventanas por las que se asoman a un mundo falso y cruel.
Basado en la película. "Solo los amantes sobreviven" Jim Jarmusch.
Vaya, decidió hacer huelga de hambre...no me extraña
ResponderEliminarEn pleno sigo XXI ya la sangre la tenemos que tener pasteurizada, esterilizada , descalcificada y con todas esas mierdas que nos vierten en los líquidos. Y ya si te pones, igual tenemos hasta código QR, por eso ni los vampiros la quieren (igual que ya no vienen ni las hormigas en verano).
Lo bueno es que de vez en cuando alguien escribe algo como esto, y nos recuerda que aún queda algo de humanidad en el caldo
No hay que perder la esperanza. No debemos dejarnos llevar por eso que en antropología se llama "Pesimismo Social" .La sociedad siempre va a mejor los datos no mienten y eso, a pesar de tanto y tanto sádicos y megalómanos ejerciendo el poder. Gracias por tu comentario, tan efusivo como acertado.
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