Mediocres del mundo ¡Me río en vuestra cara!

sábado, 26 de octubre de 2024

Dios Salvaje


De camino al trabajo, como todos los días veo los mismos rostros, los mismos bostezos y el mismo hastío. Mientras los ocupantes del vagón matan el tiempo revisando las mezquindades y banalidades  que ofrece internet, me regocijo al pensar que por la noche voy a asistir a un concierto de Nick Cave. Puede parecer absurdo sentirse así por algo tan trivial, a fin de cuentas solo es eso, un espectáculo como otros tantos.

El iconoclasta que hay en mí, siente recelo de los altares y sus imágenes, tanto como de la adoración hacia cualquier clase de mito, más aún cuando estos son de carne y hueso y por tanto con las mismas miserias y defectos que cualquier hijo de vecino. No obstante, en este caso debo reconocer que soy culpable de semejante delito, pues siento esa clase de veneración hacía este  chamán flaco lleno de cicatrices, cuya  música y mensaje son para mí una especie de sustento vital, algo que por descontado, está por encima de la simple admiración que el trabajo de esta clase de artistas suele provocar en quienes disfrutan de su arte, sea este del tipo que sea.

Volviendo al plano terrenal, son las cinco de la tarde, mientras los más devotos seguidores, los absolutamente incondicionales hacen cola para  conseguir los puestos que dan acceso al altar, el resto disfrutamos de los placeres del vulgo. Cerveza y torreznos.

¡Jugón, por fin llegó el día! Comenta, alzando la voz entre la cacofonía del atestado bar mi amigo C. Nótese que ha utilizado jugón, el célebre término acuñado en los noventa por Andrés Montes que la Real Academia de la Lengua no ha tenido a bien añadir al diccionario de nuestra versátil y  extensa lengua, como sí ha hecho con otros que, aún siendo anglicismos perversos o incultos, sí merecen su inclusión según el criterio de los académicos de la lengua. Cualquier día, incluirán en el diccionario el vocablo utilizado por los jóvenes actuales cada tres minutos.

¡Joder tron, que bien ver a Nick Cave! ¿Eh tron? Claro, tron.

Tras las cervezas de rigor, nos disponemos, ahora sí a entrar al recinto. Tras el tedio de la espera, llega el ansiado momento, todo está listo para que aparezcan en escena los músicos, el primero en hacerlo es Warren Ellis, esa especie de genio loco adorable, con su barba de asceta, seguido por el resto de los componentes de la banda que acompañan al chamán de la tribu, el último en salir a escena, donde esperan los fieles, como los asistentes a esas ceremonias religiosas - tan alegres y musicales - con coro góspel, donde la congregación entra en una especie de catarsis, alzando las manos al cielo y dando gracias al creador por todos sus dones, mientras el predicador, alzando la voz, lanza proclamas tan peregrinas como las de los telepredicadores de las cadenas de televisión locales, seguidas estas por un coro de voces que entre palmada y palmada dicen: Aleluya. 

Después del concierto - del que no voy a contar nada, para eso está la prensa y el resto de expertos en música, sea lo que sea eso, con la emoción a flor de piel - los asistentes, cincuentones la mayoría, aprovechamos para encontrarnos con amigos a los que echamos de menos porque solemos pasar demasiado tiempo trabajando y la pereza, el orgullo, o tal vez la costumbre, poco a poco nos va alejando.

Por mi parte, creo que aunque he captado el mensaje del Dios Salvaje del que habla Nick Cave, seguiré siendo igual de cretino y olvidaré pronto sus enseñanzas.

Fotografía. Mariela Rodríguez 



domingo, 20 de octubre de 2024

57 retratos.

Ayer murió el vampiro más viejo del mundo. No lo mató una estaca clavada en el corazón, tampoco lo hizo la luz del sol. Marlow se consumió lentamente, como los pétalos de las flores marchitas, pisoteadas por botas mugrientas repletas de estiércol y barro. Cuatrocientos sesenta años alimentándose de la sangre de poetas y filósofos, de escritores y científicos, terminaron en cuestión de días.
"La sangre de este siglo es tan pobre y está tan licuada como los cerebros a los que riega", solía decir . Ante este panorama, decidió no alimentarse más con tan mediocre sustento. 
El viejo escritor, que tanta fama otorgó con sus obras a tantos y tantos que de él se aprovecharon, se fue consumiendo lentamente, como las épocas por las que fue pasando como una brisa que apenas deja huella a su paso.
El resto, los que seguimos consumiendo la sangre decadente de esta época absurda y trivial, donde todo es impostado y artificial, nos vamos convirtiendo poco a poco en zombis babeantes de ojos hundidos, criaturas que no ven más allá de esas pequeñas ventanas por las que se asoman a un mundo falso y cruel.



 Basado en la película. "Solo los amantes sobreviven" Jim Jarmusch.

                                Algunos de los retratos en la pared de Solo los amantes sobreviven (Only Lovers Left Alive, 2013)

sábado, 5 de octubre de 2024

Don José

Como el alfarero de La Caverna, José Saramago daba forma a las palabras como si fueran barro, convirtiendo una masa densa y deforme en un prodigio de orden y sentido. Una cocción perfecta daba a sus creaciones, el brillo y la dureza justa para que no se agrietaran y soportaran el paso del tiempo como si estuvieran hechas de un material eterno.

Solo a alguien tan lúcido se le podía ocurrir que la ceguera, bien puede ser blanca en vez de negra. La oscuridad solo es la ausencia de luz debió pensar, por tanto, la ceguera puede ser provocada tanto por la ausencia total de luz como por lo contrario. Así era don José, alguien a quién le gustaban las paradojas y los sinsentidos. Un maestro con su propio evangelio, imposible de duplicar. Ojalá la muerte, de la que tanto escribió, no se lo hubiera llevado, pero, aunque durante algún tiempo, en el mundo de Saramago, su trabajo fuera intermitente, al final, la parca volvió a hacer lo que debía hacer y a él también se lo llevó, como a todos los demás, por mucho que nos duela. Algunas personas no deberían morir nunca, otras ni siquiera deberían nacer. De las primeras queda el recuerdo en los que compartieron su vida con ellos, para el resto, queda su legado. De las segundas no merece la pena acordarse. De don José nos quedan sus libros, repletos de reflexiones tan agudas como inagotables.





"Once del once"

"Once del once"
Tú, director de prestigio, sí, tú, esta es tu película ¿Te atreves?

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Aquí estoy, junto a Santiago Posteguillo y Antonio Muñoz Molina!!

Aquí estoy, junto a Santiago Posteguillo y Antonio Muñoz Molina!!

¡Yo os maldigo por salir de la caverna!

¡Yo os maldigo por salir de la caverna!
Primera ley de la Filosofía: Por cada Filósofo, existe otro filósofo igual y opuesto. Segunda ley de la Filosofía: Ambos filósofos están equivocados. Corolario: Una gran verdad es una verdad cuyo opuesto es también una gran verdad.

11-11-1918. El fin de la locura. Poilus y Hellfighters volverán a casa

11-11-1918. El fin de la locura. Poilus y Hellfighters volverán a casa

Libro recomendado