Mediocres del mundo ¡Me río en vuestra cara!

viernes, 12 de septiembre de 2025

La pesadilla de Santiago

 

¡Despierta gandul, que es hora de ordeñar a las vacas! ¿Qué coño te pasa hoy? Vamos, mueve ese culo negro hasta el establo.

Sin saber dónde estaba y qué estaba pasando, Santiago se incorporó del mugriento catre que en nada se parecía a la confortable cama en la que se había acostado tras leer unas páginas de “El camino hacia la dictadura de Sánchez” gran ensayo obra del adalid de la cruzada patria contra el gobierno progre y terrorista. El bueno de Don Federico. Poco pudo leer, pues pronto el sueño lo venció y Morfeo vino a visitarlo enseguida a su acogedora morada.

No había espejo en el que contemplar su soñoliento rostro; por no haber, no había ni baño ¿Dónde coño había despertado, qué estaba sucediendo? No entendía nada. Salió a tientas de aquel agujero hediondo. Todavía era de noche ¡Joder eran las cinco de la mañana! No recordaba haberse levantado a esa hora jamás, acostarse sí, muchas veces; debería estar prohibido madrugar tanto, al menos para trabajar, para salir de viaje o de caza, eso ya es otra cosa.

Llegó hasta un edificio que olía aún peor que de donde había salido. En ese momento, tomo plena consciencia de que algo muy extraño estaba pasando. A la mortecina luz que había en ese lugar, contemplo horrorizado que sus manos eran negras! Dios santo, qué está pasando, por favor que alguien me lo explique!

Mamadú, cambia el ordeñador a esta, que ya está seca. Venga, espabila muchacho. Disculpe caballero, no sé como he podido terminar aquí, ni de qué va todo esto, si se fija usted en mí, comprobará que no soy quién usted cree que soy.

¿Cuántas veces te he dicho que no me hables en ese idioma de moros? En cristiano Mamadú, que ya no estás en Somalia, ahora estás en el mundo civilizado.

¿Estad usted loco, señor? ¿Qué estupidez es esa de que soy de Somalia? No ve que soy blanco. Soy Santiago Abascal, el líder de Vox. Fíjese bien en mí.

Y vuelta la burra al trigo ¿Pero a ti qué te pasa muchacho? ¿De qué te estás quejando? ¿Acaso no te he dado alojamiento y comida? Ya te he dicho varias veces que, si trabajas duro y me demuestras que eres honrado y no has venido a nuestro país a robar a los paisanos y a violar a las mozas del pueblo, te daré de alta algún día; cobrarás el salario mínimo, que es muy elevado para alguien como tú, pero que es lo que marca la ley y no me queda más remedio que dártelo.

Santiago intentó explicar de nuevo que lo que estaba pasando era un malentendido colosal, pero en vista de que ese tipo obtuso, no entendía nada y seguía insistiendo en que no entendía su idioma, al final optó por seguirle la corriente. Craso error.

Cuando terminó el día, había ordeñado vacas y cabras, había dado de comer a todos los malditos bichos de la granja, sacado a pastorear a un rebaño de ovejas estúpidas y lo peor de todo, había limpiado la pocilga de los cerdos. Un día más como ese y se suicidaría.

Estaba decidido a escapar de ese lugar inmundo esa misma noche. Se acercaría hasta el pueblo más cercano y buscaría el cuartel de la guardia civil, donde todo quedaría al fin aclarado.

Cuando vio la frase “TODO POR LA PATRIA” bajo una farola sobre la que unas polillas revoloteaban, supo que estaba salvado. Entró con paso firme en el cuartel, como si fuera el coronel al mando del destacamento o el Capitán General de los cinco ejércitos, su Majestad el Rey.

Cuando abrió los ojos y contempló los barrotes del calabozo sintió un vértigo que le provocó una arcada. No echó nada, pues nada había cenado. Se quedó quieto, esperando a que todo volviera a su sitio.

¡Quiero hablar con mi abogado! Os vais a enterar, ya veréis, ya…Cállate animal, lo cortó una voz desde el fondo. Hay que ser gilipollas para entrar en un cuartel mostrando el carné robado a la víctima y encima decir que se trata de un error. Menudo loco trastornado debes ser, amigo.

Cómo se atreve, yo soy un ciudadano ejemplar, yo soy español, soy Santiago Abascal, me oye maldito estúpido, alto, espere cálmese, deje esa porra, por favor seamos razonables…

Después de que todo volviera a desintegrarse a su alrededor y de cruzar los nueve círculos del infierno acompañado del Caudillo, despertó al fin en su cama. Tras los cristales lucía un sol magnífico, olía a césped recién cortado por el simpático jardinero y, ante el espejo del dormitorio, presentaba un aspecto magnífico. Menuda pesadilla.

Esa tarde, cuando subió al atril para dar el mitin, hizo una pausa dramática y comenzó: estimados ciudadanos, hombres y mujeres que estáis hoy aquí, sé que estáis preocupados viendo como invaden nuestro país…




Grandes lecturas

Grandes lecturas

Vistas de página en total

Aquí estoy, junto a Santiago Posteguillo y Antonio Muñoz Molina!!

Aquí estoy, junto a Santiago Posteguillo y Antonio Muñoz Molina!!

¡Yo os maldigo por salir de la caverna!

¡Yo os maldigo por salir de la caverna!
Primera ley de la Filosofía: Por cada Filósofo, existe otro filósofo igual y opuesto. Segunda ley de la Filosofía: Ambos filósofos están equivocados. Corolario: Una gran verdad es una verdad cuyo opuesto es también una gran verdad.

Libro recomendado