Un pez muerto
flota en el agua revuelta. Con las tripas fuera; un globo plateado
bajo el sol. Silencio, ya no se oyen explosiones, solo sollozos y
lamentos. Las
dunas se llenan de pequeños remolinos que arrastran a su paso arena
y gritos de dolor. Arena
blanca regada con la
sangre
de cuerpos mutilados.
En la orilla las olas juegan con los cadáveres. No son crueles, solo empujan hasta la orilla a esos pobres guiñapos que terminan tendidos sobre un reguero de espuma carmesí.
Silencio, ya no hay gritos ni lamentos y las explosiones han cesado por fin. Todo está en calma y estoy a salvo por ahora. Solo es cuestión de tiempo y estaré también tendido en el suelo agonizando, esperando a la muerte, pero ahora contemplo las nubes y el cielo sobre mí. Respiro profundamente y ya no tengo miedo.
Ojalá pudiera guardar este momento para siempre, permanecer aquí en esta quietud. Hay tanta belleza en el mundo.
En la orilla las olas juegan con los cadáveres. No son crueles, solo empujan hasta la orilla a esos pobres guiñapos que terminan tendidos sobre un reguero de espuma carmesí.
Silencio, ya no hay gritos ni lamentos y las explosiones han cesado por fin. Todo está en calma y estoy a salvo por ahora. Solo es cuestión de tiempo y estaré también tendido en el suelo agonizando, esperando a la muerte, pero ahora contemplo las nubes y el cielo sobre mí. Respiro profundamente y ya no tengo miedo.
Ojalá pudiera guardar este momento para siempre, permanecer aquí en esta quietud. Hay tanta belleza en el mundo.
Inspirado en la imagen final de una película...